"La casa de Asterión" de Jorge Luis Borges

Este cuento de ficción titulado como "La casa de Asterión" es perteneciente al escrito Jorge Luis Borges y fue publicado en el año 1947. Ha llovido mucho ya desde que saliese este cuento en el periódico argentino "Los anales de Buenos Aires" y años después, en El Aleph.

Índice

    Resumen y Sinopsis

    Para este cuento, el creador combina una meditación del infinito con un mito propio de la mitología griega. Asterión, el personaje principal de la historia, empieza a llevar a cabo su monólogo desde su lugar de vida, el cual es un laberinto, reflexionando que el ver su salida y ver la forma de salir, generan en él una enorme serie de cuestiones que asocia con su vivienda, la cual ve sin limites. Mira detenidamente el atardecer, el templo de las hachas y el mar. No obstante, cuando admira los rostros las reacciones de la multitud que vive fuera del laberinto, se siente obligado a recluirse de nuevo en su lugar de vida, en donde se pasa matando el tiempo jugando diferentes juegos. A lo largo de todo el extenso día juega a las escondidas, mientras corre por las amplias galerías y pasadizos del laberinto; algunas veces juega a fingir dormirse y algunas veces se duerme enserio, más su juego preferido es esperar que otro Asterión viene de visita y los dos recorren el laberinto. En el final, se hablan de numerosas partes del mito original, como entre otras cosas, la parte donde se relata que cada nueve años, nueve hombres van para que se les libere del mal, y entonces deja sus cuerpos en sitios diferentes, en diferentes habitaciones, para distinguirles; luego de esto, Asterión comienza a pensar sobre su propia muerte, sobre su casa y sobre el exterior y su gente. No obstante sigue aguardando con ansias a su redentor, a su otro. En el final del cuento, Asterión comprende que el mar y el templo que había visto son infinitos. La historia acaba con una línea de Teseo: “¿Lo creerás, Ariadna? El Minotauro solamente se defendió.”, lo que declara que se refería a Asterión, el Minotauro de Creta, no se defendió en el momento de fallecer.

    Género: Cuento corto de ficción.

    La historia tiene dentro una propiedad sustancial de la ficción posmoderna, que es el hábito de atraer la consideración del lector a su procedimiento de interpretación mientras lee la historia. Esta aptitud para hacer mejor la comprensión interpretativa del lector es insinuada por críticos literarios que ilustran esta historia como un viaje desde la confusión hasta la afirmación de que Asterion, el narrador y la figura central, es precisamente el Minotauro de la leyenda. La historia facilita este procedimiento de afirmamiento al narrar el tradicional mito cretense del Minotauro, pero desde la visión del Minotauro. Para la mayor parte de los que leen, el punto de comprensión sobre la identidad del narrador llega en el final de la historia donde Theseus dice a Ariadne que “el Minotauro solamente se defendió”. Por medio de un exámen estilístico de la historia, se puede ver que la figura central no unicamente se prueba como un arquetipo habitual, sino que se exalta a un reino superior que solo puede ser famoso por el lector.

    Personajes

    • Asterión: Es el personae primordial y exclusivo que tiene criterio. Narra además el relato. Asterión, es el nombre del Minotauro de Creta, que vivía en un laberinto, el cual fue constituido por Dédalo, por lo cual lo siente como su lugar de vida. En esta historia, se nos muestra un Asterión con reflexión y pensamiento más humano que en el mito original, ofreciendonos un nuevo giro sobre el mito. Empieza diciendo: “Sé que me culpan de soberbia, y quizás de misantropía, y quizás de disparidad. Tales acusaciones (que yo castigaré a su debido tiempo) son irrisorias.” Su enorme creatividad y capacidad para los juegos es lo que le contribuye a aguantar la soledad. Considera la desaparición como una clase de liberación de los males de todo el mundo, y de esta forma lo cree para la gente que entran en el laberinto.
    • Teseo: Este personaje no está de manera directa en la historia. El relato está narrado totalmente por el criterio del minotauro, excepto por la cita del final que es una cita donde habla Teseo a Ariadna. Este es, en la mitología griega, el ídolo que se toma la labor de terminar con el minotauro.

    Análisis

    La fe obsesiva de Asterion en su “redentor” se ve reforzada por el diseño especial del texto. En un mundo desesperadamente desértico, fundamentalmente desprovisto de interacción humana, no es imprevisto que Asterion busque vigorosamente el concepto en su macabro contacto con la gente. Además, era esperable que Asterion implícitamente crea en un raro que pronostica la llegada de un “redentor”. Esas expresiones son probablemente las únicas expresiones pronunciadas por un individuo real a Asterion. La selección lingüística supone que para Asterion, la soledad y la falta de vidas humanas no son tan importantes como el advenimiento de su “héroe”. Él espera la “redención”, en algún forma, contando días y años, y probablemente inclusive sintiéndose decepcionado cuando esos pasos audibles no son más que sacrificios de adolescentes. Según con el mito tradicional, Teseo entra al laberinto con una multitud de contribuciones sacrificiales y aniquila al Minotauro. En medio del lapso del Renacimiento, este logro fue exaltado como una victoria heroica del bien sobre el mal, no obstante, en la narrativa de Borges, el logro se ve trivial y vacío, puesto que Asterion abraza su destino irónico sin resistencia. En la historia, Asterion afirma cómo se complace en esperar ser cazado, inclusive levantándose de los tejados. Es concebible que Asterion conozca la horrible situación de su vida y emprenda acciones autodestructivas mientras espera la salvación determinante de la desaparición. Él piensa que la causa de su encarcelamiento en el laberinto hay que a su linaje real y a cómo eso le impide jugar con los plebeyos. ¿Podría ser otra de las creencias mal hechas de Asterion, o es consciente de su naturaleza abominable y sencillamente elige no enfrentarla?

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