Ensayo de "La ceguera" de Saramago
La novela "La ceguera" fue escrita por el autor portugués José Saramago y publicada en Italia en 1996. José Saramago, "que con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía nos permite volver a captar una realidad esquiva", fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1998.
En un momento y lugar indefinidos, un automovilista detenido en un semáforo se queda inexplicablemente ciego. Su ceguera es muy peculiar: No tiene ningún daño ocular aparente, ningún traumatismo. De repente se encontró viendo todo blanco. El médico que le examina, incapaz de encontrar una explicación, da la voz de alarma al darse cuenta de que está ante una enfermedad hasta ahora desconocida.
Pero lo que parece un caso aislado pronto se convierte en una epidemia en toda regla, y muchas personas se encuentran ciegas sin motivo. El propio médico se queda ciego, junto con muchas otras personas que estaban cerca del motorista.
El gobierno, atemorizado por esta enfermedad desconocida y muy contagiosa, decide hacer que los ciegos sean llevados a un antiguo manicomio, a la espera de una cura. El primer grupo pequeño de ciegos cuenta con personas que, más o menos a sabiendas, han tenido contacto entre sí. Están el automovilista, el médico con su esposa y otros pacientes del médico. La mujer del médico es la única que no se ha quedado ciega, pero finge estarlo para no abandonar a su marido.
En el primer asilo, las normas de buena convivencia y civismo se abandonan pronto. Las peleas por la comida, la falta de higiene personal y las riñas están a la orden del día. A medida que aumenta el número de presos, también lo hace la brutalidad de los personajes, que parecen volverse cada vez más salvajes. Incluso se producen robos de objetos de valor en los distintos dormitorios y violaciones.
Un día, tras una nueva brutalidad, se produce un incendio en el manicomio que permite la salida de algunos ciegos. Lo que vean fuera les dejará sin palabras.
La novela "La ceguera" de Saramago describe un mundo al revés. Un mundo en el que la ética y las normas de convivencia se olvidan pronto, y se establece una dictadura basada en la violencia y el miedo para gobernar. La vida de los ciegos se subvierte en cuestión de días. Todos los hábitos anteriores a la ceguera desaparecen, dejando paso a las acciones más básicas, casi animales.
El principal objetivo de los ciegos obligados a entrar en el manicomio es la búsqueda de la comida que traen los guardias, que siempre es poca, lo que genera furiosas peleas, altercados, palizas, violaciones y asesinatos.
Nadie es amigo de nadie, los lazos de sangre y parentesco ya no cuentan, sólo se piensa en sobrevivir, y poco importa que alguien se quede atrás. Porque en las dificultades emerge la verdadera naturaleza humana. "De esto estamos hechos, mitad indiferencia y mitad mezquindad".
Incluso el estilo narrativo parece seguir la seriedad de los acontecimientos, y la prisa de los ciegos por llegar a la comida.
Los diálogos no se introducen con los dos puntos y las comillas, sino con una simple coma y una mayúscula, para no interrumpir el flujo de pensamientos, que fluye como un río en crecida.
Los personajes no tienen nombre, los conocemos gracias a algunas de sus características: El médico, la mujer del médico, el chico bizco, la chica de las gafas oscuras.
Así, Saramago pretende la despersonalización del individuo. Los ciegos de la novela son todos iguales, no necesitan conocerse. La suya es una convivencia forzada, no se necesitan mutuamente, cada uno piensa por sí mismo. Además, sin nombres propios, los personajes representan una advertencia y una crítica a la sociedad moderna. Como dice Saramago, "se ha perdido el sentido de la solidaridad entre los pueblos", la única ley que cuenta es la del más fuerte.
Una novela dura, que no ahorra descripciones sangrientas y fuertes, pero que quiere hacernos reflexionar sobre la precariedad de la vida humana y de las cosas a las que nos apegamos. Una novela tan relevante como siempre en estos días, cuando el mundo se ve asolado por la pandemia del coronavirus, que nos insta a todos a luchar contra la enfermedad sin dejar a nadie atrás, y a seguir siendo humanos.
Resumen
En un tiempo y lugar no especificados, de repente toda la población se queda ciega debido a una epidemia inexplicable. Los afectados por esta enfermedad se encuentran como envueltos en una nube lechosa y ya no pueden ver. Las reacciones psicológicas de los anónimos protagonistas son devastadoras, con una explosión de terror y violencia, y los efectos de esta misteriosa patología en la convivencia social serán dramáticos.
De hecho, los primeros afectados por la enfermedad son encerrados en un antiguo asilo por miedo al contagio y a la insensibilidad de los demás, y aquí se manifiesta todo el horror del que es capaz el hombre.
En su relato fantástico, Saramago dibuja la gran metáfora de una humanidad bestial y feroz, incapaz de ver y distinguir las cosas sobre una base racional, autora de brutalidad, violencia y degradación.
El resultado es una novela de valor universal sobre la indiferencia y el egoísmo, sobre el poder y la opresión, sobre la guerra de todos contra todos, una dura denuncia de las tinieblas de la razón, con un destello catártico de luz y salvación.
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