Octavio Paz y el laberinto de la soledad: Una historia de la identidad mexicana.
Malinche, la mujer indígena que llevó las riendas de la conquista de América. Pues bien, hoy vamos hablar de ella, pero de una forma diferente. De hecho, reconstruiremos su historia analizando la imagen que nos proporciona un grande de la literatura, incluso un Premio Nobel, que a través de sus palabras ha hecho famosa la cultura mexicana en el mundo: Octavio Paz.
El laberinto de la soledad, la misteriosa obra de Octavio Paz
El Laberinto de la Soledad es un ensayo publicado por Paz en 1950. En este texto, Paz reflexiona sobre el concepto de identidad cultural mexicana. Es un ensayo que ha sacudido fuertemente a América Latina. El siglo XX, de hecho, es el siglo de las revoluciones, el siglo en el que los pueblos se rebelan contra sus opresores y se plantean una pregunta fatídica: ¿Qué significa ser latinoamericano? ¿Es posible hablar de identidad en América Latina, o esta identidad también ha sido borrada de forma abrumadora por los europeos? Son los años en los que México tiene que enfrentarse a la dura realidad, al desencanto de la Revolución de 1910.
Este es el tema principal del Laberinto de la soledad: Un ensayo que traza el pensamiento de Paz en un crescendo de dudas, preguntas y experiencias que de alguna manera intentan responder a la verdadera pregunta: ¿Qué significa ser mexicano? Para responder a esta pregunta, Paz inicia una especie de "viaje inverso": comienza analizando de manera general el comportamiento del mexicano típico, estudiando su acercamiento a los extranjeros y describiendo la imagen de la identidad mexicana fuera de sus límites geográficos.
A partir de esto, capítulo tras capítulo, Paz toca el centro del discurso, analizando las "máscaras sociales" que distinguen el carácter del mexicano, es decir, su alejamiento de los demás y ese continuo sentido de no pertenencia que, en México, es algo palpable. Pero, ¿Qué significa que el mexicano no tenga identidad? De hecho, esta es una afirmación quizás demasiado general: Bueno, para entender de qué estamos hablando, te daré un ejemplo práctico.
¿Conoces el Día de los Muertos, esa fiesta súper fascinante y macabra que se ha hecho famosa incluso aquí en Europa sobre todo gracias a sus estrambóticos disfraces? De hecho, todos los grandes influencers han copiado el aspecto del festival, reproponiéndolo de diversas maneras. El 1 de noviembre, México celebra las almas de los muertos, de una manera más alegre y conmovedora que la nuestra, si he de ser sincero.
De hecho, esa noche recuerdan a sus seres queridos con alegría: Organizan un abundante banquete y lo celebran, con la convicción de que los muertos participan en la fiesta. Esta celebración es nada menos que el encuentro arcano de los antiguos ritos indígenas y las creencias cristianas traídas por la conquista. Las dos culturas, de hecho, se han encontrado y mezclado, pero la religión cristiana, a pesar de los violentos intentos de los conquistadores, nunca ha conseguido erradicar de la memoria colectiva mexicana las creencias indígenas. Por eso, hoy en día, México puede verse como un péndulo que oscila constantemente entre lo viejo y lo nuevo, dos polos que se han encontrado pero que nunca han llegado a la homogeneidad.
Los hijos de la Malinche
El libro consta de ocho capítulos, entre los que se encuentra el emblemático capítulo "Los hijos de la Malinche", o el cuarto. En este capítulo, Paz define a los mexicanos, argumentando que son abiertos y cerrados, que no aceptan que tienen raíces indígenas y raíces españolas... En definitiva, argumenta que ese hermetismo que distingue a la población mexicana es una máscara, que oculta traumas y problemas que están en la raíz, inextricablemente ligados a la historia de México. Por ello, Paz define a los mexicanos como hijos de la chingada, que básicamente significa "hijos de puta". Pero el verbo chingar, en español, tiene un matiz muy violento y agresivo: Significa molestar, violar, destacando la pasividad de la víctima durante el acto y la ausencia de consentimiento, frente a la actividad del verdugo. Así, Paz se refiere a lo que llama la Poética de lo Abierto y lo Cerrado, en la que hay una parte activa que penetra con fuerza y violencia en una parte pasiva, que se ve obligada a sufrir.
Ser hijos de la chingada significa ser hijos de la violencia, es decir, de la violencia perpetrada por los españoles a los indígenas durante la conquista. La Malinche es, pues, la madre violada, la que deja "entrar" pasivamente al extranjero, por el que está dispuesta a abandonar a sus hijos, traicionando a su pueblo y marchándose con "los otros".
Así son los mexicanos: Un pueblo cuya modernidad está indisolublemente ligada al pasado y a sus antiguas raíces, que se encuentran vacilando por una Madre que los ha abandonado por el Extranjero y un padre patriarca, causa del sufrimiento de su madre.
Obviamente, he resumido gran parte del discurso, que podría estar mucho más articulado. Interesante la figura de Malinche propuesta por Paz, que básicamente la ve como una traidora del pueblo. Personalmente, creo que es una forma de encontrar un chivo expiatorio: Es demasiado fácil culpar a una persona de todos los males de la Conquista. Creo que en este caso la figura de la Malinche se ha plasmado para señalar a alguien y encontrar un por qué, pero de forma totalmente equivocada y descontextualizada.
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